Para Mí el empezar este blog tiene dos motivos muy claros y que van de la mano: El primero es que me conozcan, que se den cuenta de quien soy y descubran porque escribo, y el segundo es que por medio de mí, lo conozcan a El, mi Creador, y a quien va mi primer reconocimiento y agradecimiento.
Dios, mi creador, mi padre, y mi amigo incondicional, ese ser que dio todo por mi sin pedir nada a cambio, que creyó en mi y en que podía ser grande, aún antes siquiera de que empezara a crecer y creer. A El las gracias, y al Él todo el crédito de lo que escriba, porque sin Él, yo no estaría vivo hoy.
Quisiera también reconocer a mi familia, los Núñez Melgar, gente de principios y bueas costumbres, una familia como casi ninguna, esa gente que me ha aguantado estos 18 años sin inmutarse, que me han amado a pesar de todo, y que me han enseñado todo lo que sé.
A mi madre primero, Hortensia Núñez Melgar Fernández, por tantos años de abnegado trabajo, sin una pareja al lado, por sacarnos adelante a mi hermana y a mi. Por lo que ella me ha enseñado: Por los principios que rigen mi vida y la han llevado hasta ahora por buen camino, por inculcarme el ser cariñoso, agradecido, amable y empático.
A mi abuelito que en paz descanse, el gran Oscar Núñez Melgar Vargas, por más de cinco años de mi vida fue un padre para mi, y me enseñó todo lo que a modales y buenas costumbres se refiere. El despertó mi pasión por las letras, y este blog es fruto de su influencia permanente en su vida. Y este también está dedicado especialmente a él, al cumplirse este año 2007 diez años de su fallecimiento. Siempre se recordará al “papito”, como una de las personas mas extraordinarias que han existido, y todos concordamos en que su influencia, 10 años después, está tan viva como su familia.
A mi hermana, Caroline, por ser quien forjó mi personalidad, me enseñó a defenderme, a vestirme, a saber tratar a las chicas, a bromear, ya relacionarme con el entorno, ella me sacó de mi introversión en mis años de plena adolescencia.
A mi sobrina, Luannita, por alegrar cada instante de mi vida con su sonrisa y sus ocurrencias, por sus genialidades, y por hacer que este gris ogro que por momentos soy, se vuelva tierno y cariñoso.
A mi primo Carlos, ya que con su espíritu crítico y sus ansias de saber más, me ha hecho tener ansias de conocer aún mas y no limitarme a lo poco que sé.
Por otro lado, quiero dar el debido reconocimiento a mis amigos, esos seres que sin uno explicarse por qué, estan ahí cuando más los necesitas, en las buenas y en las malas. Gracias a Gabriel por sus consejos, a Diego su hermano por creer en mí, a Carla Oporto por enseñarme a ser valiente y dejar de lamentarme de mi mala suerte, a Cae por su simpleza y por recibirme siempre en su casa, a la Xina, Lita, su hermana, por todas las sonseras que hemos dicho y hecho juntos, a Vania por impulsarme con sus sueños, a Marita (esa xikita...) por su cariño y su sentido de la amistad, a la otra Marita -la chica Pro- por aguantarme, por no picarse, por ser un apoyo incondicional cada día, y por permitir que yo lo sea, en la medida de lo posible, para ella, por su humor, (a veces aún más negro -y por consiguiente cruel- que el mío), y por tantas otras cosas, a María, por permitirme entrar a ese rincón de su vida que pocos abren con confianza, y permitirle darle mi punto de vista. Gracias a Samuel por ser como un hermano mayor para mí, a Rolo, por sus experiencias y sus conversaciones tan amenas, a Jane, por ser a veces como una segunda madre para mí, a Analú, por ser otra hermana a la que puedo recurrir, sin temor a que me reproche, a Silvia Mercedes, mi hermana por mi papá, que también es una persona en la que puedo confiar, y aunque no la veo muy seguido, una persona que tengo presente.
Gracias a cada persona que me ha otorgado su amistad y su confianza.
Gracias a cada persona que se siente segura a mi lado.
Gracias a cada amigo que comparte momentos conmigo, aunque pequeños, importantes.
Gracias a cada persona para la que he podido ser una influencia positiva para sus vidas
Gracias a cada persona a la que he podido aconsejar, porque darles consejos y aliento me ha servido para yo mismo ser corregido y alentado, para darme cuenta que yo mismo tengo la solución, y que yo puedo hacer la diferencia.
Gracias a Fernando Aguilar por creer en mí, por infundirme aliento en esos días difíciles de 2003,por enseñarme que aún él, con todos sus años y toda su experiencia y sabiduría, podía aprender algo de mí, que yo podía ser una influencia aún en él. El ha marcado mi vida con sus palabras y a él va un reconocimiento muy especial.
A Pedro Cornejo, mi pastor, que siempre ha velado por mi bienestar espiritual, y me ha orientado cuando lo he necesitado, además de darme fuerzas y ayudarme a ser firme en mis propósitos.
Gracias a mi padre, Paul Velarde Marquina, por enseñarme que uno debe dedicarse a lo que le gusta, y hacerlo con pasión y con el mayor de los esmeros.
Gracias a todos. Han sido una influencia mayor o menor en mi vida, de una u otra manera, los ponga aquí o no. Si los pusiera a todos ocuparía mucho más que lo que ya estoy ocupando. Gracias porque a todos los considero amigos. Y sé que cuando los necesite, no se van a negar.
Gracias.